martes, 24 de agosto de 2010

Independencia de Iberoamérica. Factores

“A principios del siglo XIX, España y Portugal dominaban la mayor parte del continente americano, mientras que Gran Bretaña conservaba el territorio de Canadá y se repartía con Francia, Holanda y Dinamarca, cierto número de pequeñas islas antillanas y de algunos establecimientos costeros. España poseía en América un enorme territorio cuya frontera norte estaba delimitada, aunque no de forma del todo preciso, por las provincias de Florida, Texas, Nuevo México y Alta California, mientras que por el sur llegaba hasta las tierras patagónicas. Con respecto a la organización política, ese dominio estaba distribuido en cuatro virreinatos –México o Nueva España, Nueva Granada, Perú y Río de la Plata- y tres capitanías generales: Guatemala, Venezuela y Chile. También pertenecían a España las principales islas de las Antillas: Cuba, Puerto Rico y la mayor parte de Santo Domingo.
Estos territorios contaban con trece y medio millones de habitantes, distribuidos de manera muy desigual. De los cuatro virreinatos, el de México era el más importante, con seis millones de habitantes; el de Nueva Granada sumaba un millón ochocientos mil; el de Perú, un millón trescientos mil; el de Río de la Plata un millón cien mil. Durante el período colonial crecieron varios centros urbanos importantes. Después de la ciudad de México, con más de 150 mil habitantes, había media docena de ciudades que rebasaban los cincuenta mil y otras diez que pasaban de los veinte mil.
(...)
Las luchas de independencia de las colonias latinoamericanas se encuadran en un comportamiento similar al de las revoluciones de Norteamérica y Francia que les precedieron, en cuanto a que surgieron del descontento de la sociedad en contra de los abusos del Antiguo régimen, y porque fueron resultado de la influencia que las ideas de la Ilustración ejercieron sobre el sector social que inició encabezó los movimientos libertarios. Pero había otros factores específicos, tanto internos como externo, que en América Latina actuaron como causa de los levantamientos armados en contra del dominio colonial.”
(Gloria Delgado - Historia Universal Ed Pearson. México 2001 p. 85, 86)

Causas de las revoluciones de independencia en América Latina

Causas internas

1) Desigualdad social. La organización social creada en América por españoles y portugueses se caracterizó por una marcada diferenciación social y un trato discriminatorio no sólo hacia indígenas y mestizos, sino incluso hacia los hijos de los ibéricos nacidos en las colonias, a quienes se clasificó como criollos para distinguirlos de los peninsulares nacidos en la Península Ibérica; estos últimos eran los que habían recibido en encomienda las tierras de la Corona, junto con indios para que las trabajaran, y los únicos que tenían acceso a los latos puestos en el gobierno y en la Iglesia católica, mientras que a los criollos se les negaba la posibilidad de ocupar cargos públicos altos y se les privaba de los privilegios que tenían las personas nacidas en España o Portugal. En orden jerárquico seguían los mestizos y las diferentes castas producto de las diversas mezclas raciales, que en realidad no tenían un lugar definido en la escala social y eran discriminados por una sociedad que ni siquiera los consideraba parte de ella, por lo que se fueron ubicando con cierta libertad en ciudades y pueblos donde trabajaban, en el mejor de los casos, como artesanos o en otros oficios menores.
En un nivel inferior de la escala social estaban los indios, considerados por los europeos casi como una propiedad adquirida junto con las tierras en encomienda, de manera que tenían características muy parecidas a las de siervo feudal en Europa, con la diferencia de que los indios eran catalogados y tratados como inferiores a los europeos, a pesar de las leyes establecidas por la metrópolis respectivas para protegerlos del mal trato. Por último, estaban los esclavos negros trasladados a América desde África por traficantes portugueses, holandeses, ingleses y franceses, y cuyo trabajo se utilizaba principalmente en aquellas colonias donde no se pudo hacer uso extensivo de la mano de obra indígena, como fue el caso de Brasil. Esta situación de fuertes desigualdades dio origen a movimientos independentistas desde período muy tempranos de la época colonial, que no tendrían éxito mientras fueran movimientos aislados y existiera una sólida administración de parte de la metrópoli.
2) Reformas administrativas de las autoridades coloniales. La población criolla, que creció económicamente a pesar de las restricciones impuestas por el sistema colonial, se vió afectada por el aumento de estas restricciones a finales del siglo XVIII cuando, en el marco del absolutismo ilustrado, se establecieron por disposición de la metrópoli reformas tendientes a reorganizar la estructura económica y la administración de las colonias, con el propósito de obtener mayores ingresos de éstas basándose en las nuevas ideas de la fisiocracia.
3) Formación de una conciencia criolla emancipadora. Además del crecimiento económico, los criollos habían desarrollado una conciencia nacionalista gracias a la cual habían empezado a considerarse como ajenos a la metrópoli explotadora y se habían percatado –influídos por las ideas ilustradas que llegaban de Europa- de la necesidad de construir un gobierno independiente, en el que pudieran participar en la toma de decisiones. La conciencia nacionalista de los criollos, que se reforzaba con cada nueva medida de explotación ejercida por la metrópoli, adquirió gran impulso ante las reformas administrativas que frenaban su crecimiento económico.

Causas externas

1)
Decadencia de España y Portugal. Ya desde fines del siglo XVII había empezado a declinar el poder hegemónico de los dos países ibéricos, de manera que, a principios del XIX, tal poder había sido desplazado por el de otras potencias europeas. A esto se agregaba la ineficiencia y debilidad de algunos gobernantes incapaces de resolver las crisis internas –políticas y económicas- y que habían provocado un creciente descontento entre la población, lo cual propició que el sector medio e intelectual de la sociedad acogiera con gran interés las ideas de la Ilustración, que proponían gobiernos representativos y división de poderes.
2) Las revoluciones norteamericana y francesa. Los acontecimientos de lucha armada desarrollados en las colonias inglesas de Norteamérica, y en Francia, constituyeron el ejemplo inmediato que serviría de estímulo a las capas sociales medias en ascenso en las colonias dominadas por España y Portugal, que sólo esperaban la coyuntura propicia para iniciar una lucha que pusiera fin a la vieja estructura semifeudal aún imperante y promoviese el cambio hacia una sociedad mejor. Las ideas contenidas en la Declaración de Independencia de Estados Unidos y en la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano emitida por los franceses, ejercieron gran influencia en los intelectuales criollos.
3) La independencia de Haití. La porción occidental de la isla de Santo Domingo era una productiva colonia francesa habitada en su mayoría por negros y mulatos, con una economía de plantación dedicada a la exportación de azúcar y café a la metrópoli. Francia tenía allí u8n destacamento militar y funcionarios que controlaban la fuerza de trabajo esclava por medio de la violencia. La Revolución francesa constituyó una oportunidad de liberación para los pobladores, que se rebelaron en agosto de 1791 y comenzaron una lucha feroz por la abolición de la esclavitud y por la independencia. Napoleón intentó someter a los rebeldes pero fracasó y tuvo que reconocer la independencia. El día primero de enero de 1804 fue proclamado el nuevo Estado republicano de Haití, que se erigía frente a las colonias iberoamericanas como un ejemplo de emancipación.
4) La invasión napoleónica. El avance y triunfo de las tropas francesas enviadas por Napoleón Bonaparte sobre la península ibérica provocaron la derrota de los monarcas en España y Portugal, en 1808, y el establecimiento de un gobierno títere controlado por el emperador francés, el cual no fue reconocido por lo pueblos vencidos. La ausencia de un gobierno legítimo fue aprovechada por los liberales para constituir las Cortes, juntas de gobierno que funcionarían mientras se lograba la derrota del ejército invasor y se restituían los poderes auténticos. Tal situación fue ventajosa también para los independentistas latinoamericanos, que vieron llegada la oportunidad de separarse de la metrópoli en momentos en que ésta se encontraba debilitada y sometida al dominio napoleónico.

(Idem. pp. 86 a 88)

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