martes, 9 de noviembre de 2010

EL ARTIGUISMO Y EL PATRICIADO

Cuando Artigas inició en 1811 el levantamiento oriental, lo más nutrido del Patriciado de origen americano acudió junto a él o se solidarizó, de más lejos con el hecho.
(...)
Con todo, la realidad no se dio de modo tan esquemático y se es posible hacer algunos distingos, (...) Se sabe, eso si, que junto al Precursor acudió el grueso de la clase dirigente estanciera, saladera y eclesiástica, (...) El apoyo de los estancieros, -...- tuvo (...) motivos y hasta urgencias bien precisas: resistir a los pesados tributos exigidos por Montevideo para la lucha contra la Junta de Buenos Aires; evadir la nueva ‘ordenación de los campos’ y la revalidación de los títulos que las autoridades españolas pretendían imponer. Formando los ganaderos junto a Artigas, como ya se ha observado, lo hacían en torno a un hombre de su plena confianza y al que acababan de premiar poco antes por sus éxitos militares en la pacificación de la campaña. Igual ocurría con los saladeristas, estancieros la mayor parte de ellos y muy dependientes todos de la prosperidad del interior. Los clérigos de origen nacional y hasta algunos españoles se alinearon también junto a Artigas (...)
Con el núcleo comercial dirigente montevideano sería una historia distinta. Español en su gran mayoría, permaneció buena parte de él junto a España hasta 1814, resistió con todas sus posibilidades al artiguismo ocupante de los años siguientes y se adhirió a la Cisplatina desde 1817.
(...)
Es seguro, sí, que las características que el artiguismo portaba: desorden inmediato, irrupción física del campo en la ciudad, política agraria, presencia de las clases desposeídas, alardes igualitarios tuvo que distanciar al Patriciado montevideano del Jefe de los Orientales y preparar la hostilidad que siguió.
1815 es un año capital para estudiar, rastreando a través de hechos muy mal conocidos, esta enemistad recíproca, larvada primero, desembozada después, entre Artigas y el Patriciado montevideano.”
(Carlos Real de Azúa, “El Patriciado uruguayo”)



BASES SOCIALES DEL ARTIGUISMO

“El resultado del armisticio es el éxodo: la retirada de la entera fuerza militar que reconoce como jefe a Artigas y del 80% de la población de la campaña oriental al interior de Entre Ríos. El éxodo del pueblo oriental consolida definitivamente el liderazgo de Artigas y significa un nuevo avance en la creación de un movimiento apoyado tan sólo por la plebe campesina: en la comitiva del éxodo se incluyen hacendados que abandonan sus tierras no sólo con enteras tropas de carretas, sino también con coches y esclavos, que son el signo de una riqueza no limitada a la posesión de vastas tierras 8por otra parte, algunos de los grandes hacendados que creyeron poder quedar en la campaña oriental bajo la protección portuguesa fueron bien pronto brutalmente desengañados por la rapacidad del ocupante). Pero en la universal penuria del campamento de Ayuí, esa riqueza que en el pasado los había hecho poderosos en la campaña supone poco más que la posiblidad de escapar en algo a los rigores de la miseria común. Sin duda, el retorno a las tierras orientales (hecho posible por la negociación de la retirada portuguesa, emprendida a desgano por Río de Janeiro, bajo presión británica) limita los efectos del éxodo, pero la fisonomía del movimiento artiguista ha quedado marcada por éste, y es confirmada mediante la utilización masiva de los escasos recursos humanos para contrarrestar la inferioridad en armamentos que acrece la gravitación de los marginales de la campaña, desde esa población itinerante que seguía siendo abundante en ella, hasta los indios, que Artigas había procurado sistemáticamente incorporar a su séquito. En una campaña cuya población acaso no excede los 10000 habitantes. Artigas ha movilizado 4000 soldados en 1811 y dispondrá de más de 6000 (entre los cuales, sin embargo, la parte de elementos ajenos a la Banda Oriental –en primer término indios misioneros- es considerable) en 1816, esa vasta movilización hace imposible cualquier normalización económica de la campaña mientras dura la guerra (aunque Artigas -...- ensaya atenuar los efectos negativos de la militarización sobre la economía).
Tulio Halperin Donghi, “Revolución y guerra”

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